Una realidad de la que poco se habla o que está invisibilizada es el alejamiento forzado del padre o la madre de su hijo. Esto porque es una situación que puede ser parte de una excepción, pero no por eso inexistente.
Con esta intención se emplea el recurso de las denuncias falsas.
Los niños se transforman en rehenes de esta denuncias. El problema de los grandes, es de los grandes, pero se utiliza al niño y con recursos legales se obstruye el vínculo, pero no se afecta al grande, sino al niño
El que genera estas denuncias falsas respecto del otro progenitor, tiene necesidad de eliminar la figura del padre no custodio, esto se transforma en obsesión.
En las denuncias Falsas se muestra al Padre No custodio como: Alcohólico/a, Violento/a, Agresivo/a hacia los Hijos, abandónico/a, Desentendido/a de sus obligaciones asistenciales, Con desequilibrios mentales, Impulsivo, Litigante, Falto de dialogo conciliador, Pervertido/a, etc.
Hay colegas a los que los llama una persona y les dice «no quiero que vea más a mis hijos» «¿Podemos inventar una denuncia de maltrato o abuso sexual?», frente a lo cual algunos no dudan momento siquiera en aceptar ese maquiavélico ardid a cambio de tener unos pesos más en sus bolsillos. Cosa que habla sin dudas muy mal de la ética que como profesionales se debe tener, importándoles nada el verdadero daño que se está produciendo: la vulneración del interés superior del niño. Por otro lado, ocurre en algunas oportunidades que en Tribunales es complejo visibilizar